Una curiosidad, ¿por qué se dice vino ‘tinto’ y no ‘rojo’?”

Vi negre –vino negro- en Cataluña, vino nero vino rosso –negro y rojo- en Italia, red wine en países de habla anglosajona, rotwein “aus blauen Trauben” – vino rojo de uvas azules- en Alemania, vin rouge en Francia y zonas francoparlantes… y así podríamos continuar con un sinfín de términos empleados para designar lo que conocemos aquí como vino tinto. La historia siempre deja una huella difícil de borrar, y en Portugal, Argentina, Chile, México y otros países latinoamericanos, se continúa utilizando esta misma expresión.

La palabra “tinto” proviene del latín tinctus y significa “teñido”. Los escritos cuentan que podría tener su origen en la moda del vino clarete, tan en boga en el siglo XVII, el “Siglo de Oro”. El procedimiento consistía en colorear el vino blanco con un poco de tinto, ya que este último, era más caro de producir y adulterarlo era una práctica habitual. De vino “teñido” pasó a “tinto”, y a pesar de que su elaboración dejó de ser una farsa y se aplicaron los métodos tradicionales que actualmente se manejan para la vinificación del vino tinto, se continuó calificando como tal, por su capacidad para teñir.