La importancia del corcho

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Los tapones de corcho cumplen tradicionalmente una función fundamental en la calidad de los vinos, influyen en la evolución y en sus características, ya que, este material aporta importantes beneficios en la elaboración del vino. No debe aportar ningún matiz ni aroma, lo que permite que el vino evolucione correctamente.

Evita la entrada de aire, bacterias… El corcho evita que el exceso de oxígeno entre en la botella, lo cual eso empeoraría el vino, sin embargo, el corcho contiene pequeños poros que provocan que entren cantidades mínimas de oxígeno, pero al ser en pequeña cantidad no tiene por qué ser negativo, ya que hay vinos a los que les favorece.

Los tapones de corcho son naturales, ya que sale del alcornoque, y no es necesario talar el árbol, solo quitarle la corteza.

Pueden mantener vinos durante décadas, esto no ocurre con los sintéticos o con los embotellados. Pero algo malo del corcho es que puede dejar en el vino un “sabor a corcho”, por eso se estén fabricando más sintéticos que corcho.

Curiosidad: La longitud del corcho de vino depende de la juventud o madurez del vino, los vinos más jóvenes se utilizan corchos de menos de 40 mm de longitud, y los más añejos exigen corchos que pueden ser superiores a 55 mm.

A la hora de guardar el vino la botella en horizontal, para que este siempre en contacto con el vino, para que no se seque y esté siempre húmedo, para que no se rompa y cumpla con su función, al estar mucho tiempo almacenado hay que fijarse muy bien el corcho, si está agrietado o no está manchado por la parte que ha estado en contacto con el vino, si es así hay que mirar bien el estado de conservación de ese vino.